¿Es el perdón un arquetipo del inconsciente?
El perdón es tan buscado en el camino del trabajo espiritual, que decidimos investigarlo como símbolo de la mente humana. Está tan ligado a la religión, que ya es un arquetipo más para el inconsciente colectivo.
Este es el tercer artículo destinado al estudio del perdón. Nos basamos en la observación realizada en múltiples talleres de trabajo de crecimiento personal con el inconsciente colectivo.

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Las religiones muestran que el ser humano ha aceptado el perdón como parte intrínseca de la naturaleza bondadosa humana. Llegando a convertirse en algo ancestral en el camino de la espiritualidad, en algunos sistemas familiares y sociales.
En casi todas las religiones de la humanidad se encuentran presente el perdón, y por lo tanto la culpa.
¿Qué es un arquetipo?
El inconsciente se expresa a través de arquetipos. Los arquetipos son símbolos oníricos que son comunes a toda la psique humana o inconsciente colectivo.
El perdón y la culpabilidad son dos arquetipos muy importantes para el inconsciente colectivo. Especialmente aquí en España. ¿Por qué?
La biblia, el perdón y otras religiones.
-En el antiguo testamento de la biblia, se muestra a un dios castigador al que se rezaba para que los enemigos fueran destruidos:
“¡Entrega pues a sus hijos al hambre, abandónalos a merced de la espada! ¡Quédense sus mujeres sin hijos y sin maridos! ¡Mueran de peste sus hombres y sus jóvenes atravesados por la espada en la guerra! ¡Óiganse salir gemidos de sus casas cuando de improviso mandes tú contra ellos hordas de saqueadores!” Jeremías 18,21
-No podemos dejar de resaltar esta cita del antiguo testamento, por lo sistémica. Como vemos en las constelaciones familiares, es verdad que los sucesos más dolorosos se pueden repetir, y se repiten hasta cuatro generaciones después.
Éxodo, 34, 6 dice: “clemente y misericordioso, tardo para la ira, y lleno de lealtad y fidelidad, que conserva su fidelidad a mil generaciones y perdona la iniquidad, la infidelidad y el pecado, pero que nada deja impune, castigando la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y cuarta generación”.
Mensaje contradictorio donde los haya. Si Dios es misericordioso, clemente, y perdona, ¿cómo es posible que castigue la maldad generación tras generación?
Mencionamos la Biblia por ser la religión más aceptada y practicada en España. Teniendo en cuenta la hegemonía e influencia que ha tenido siempre en el desarrollo espiritual del país. Padres e hijos han idolatrado a la iglesia desde los Reyes Católicos, en muchas ocasiones por miedo.
El por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa, se ha instaurado en nuestro inconsciente a base de golpes de pecho. Precisamente en el timo, glándula que a nivel energético se utiliza para grabar la información. La culpabilidad impide la libertad. Anula la capacidad para pensar por uno mismo, porque es la materialización más densa a nivel emocional del miedo.
En otras religiones como el islam, o el judaísmo dedican un día entero a los rezos para que los pecados sean perdonados. Por lo tanto la mente humana cree que merece un castigo.
Incluso el budismo dedica mantras para el perdón del karma.
¿Es real el perdón?
¿De qué somos culpables los seres humanos? ¿Cuál es el pecado original por el que tenemos que ser perdonados? ¿Por qué cuando un bebé que es la máxima representación de la inocencia, ya es culpable sólo por haber nacido? ¿Cuál es esa mancha que llevamos como un estigma en nuestro inconsciente colectivo?
Pecar significa errar el blanco. No es más que una equivocación, y las equivocaciones se pueden cambiar, pero eso no quiere decir que estemos en deuda ni que haya que pagar nada.
Cualquier dios que te haga sentir culpable, tiene muy poco de dios. Y mucho de construcción del ego.
El homeópata, James Tyler Kent, decía que el pecado original es el error primigenio que hace creer al hombre que está separado de dios. En realidad estamos separados del todo, del resto.
Los seres humanos estamos todos unidos de una forma mucho más sólida de lo que podemos imaginar. Que no lo podamos ver con los ojos físicos, no significa que no exista este vínculo.
¿A quién hay que aceptar?
Cada vez que proyectamos el dolor, la ira, el resentimiento, lo hacemos contra nosotros mismos. Es a nosotros a quienes estamos atacando.
Todos los ataques que percibamos no son reales, es una ilusión que hemos creado inconsciente y conscientemente para seguir reafirmando que tenemos que sufrir. Y seguir viviendo en la culpabilidad.
Lo único que quiere nuestra alma es libertad, ausencia de culpa, confianza y unión.
Comprender que todo lo que pasa, es un aprendizaje escrito por nosotros mismos para unirnos consciente e inconscientemente a los demás, eso es perdón. El perdón no entiende de razones, el perdón es la capacidad de asumir y aceptar que ya estamos redimidos. Que podemos avanzar sin miedo hacia nuestra libertad.
El perdón es la aceptación total de nosotros mismos. Nuestro pasado y nuestra vida. Nuestros errores y aciertos. De la luz y la oscuridad que somos. Es muy fácil decir, acepto. Pensar, sentir, y obrar desde la aceptación lleva un tiempo de crecimiento personal. Es el verdadero perdón.
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