La importancia de la mitología

Si tomamos la mitología desde su origen como palabra, etimológicamente, proviene del griego y significa tratado sobre los relatos o cuentos. La palabra Mitos procede del mito griego que, en tiempos de Homero, significaba simplemente palabra o lenguaje hablado, y que más tarde significó leyenda. Entonces el antónimo del mito era el logos, o sea el hecho histórico que se podía confirmar mediante testimonios.

Leyenda y mito, aunque estén dentro del mismo grupo de sinonimia, no significan exactamente lo mismo. Los temas, sean o no de origen histórico, desde su aparición hasta su conversión en mito siguen un lento proceso. Primero se produce el hecho o aparece el tema. Pasa el tiempo, y el tema, si es inolvidable, se convierte en leyenda. Los poetas, conocidos o no, se inspiran en el tema legendario y aparecen versiones distintas. Se llega, en lo fundamental, a una versión definitiva que ya permanece inalterable, como mito, aunque cambien algunos detalles y circunstancias.

La mitología como tal no procede sólo de Grecia. Diversas culturas tienen mitos muy famosos que han llegado hasta nuestros días, como: Isis y Osiris (mitología egipcia), Arturo, Ginebra y Lancelot (mitología celta), Merlín y Viviana (mitología celta), Sigfrido, Crimilda y Brunilda (mitología germánica), Quetzalcóatl (mitología olmeca). Si bien es cierto, que la mitología griega ha sido la más fructífera en cuanto a la creación de mitos se refiere.

Los mitos, más o menos universales, según el origen del tema son de cinco tipos distintos:

Los puramente inventados, fruto de la imaginación de antiguos poetas cuyos nombres han llegado o no hasta nosotros. Todos los personajes de los viejos mitos se parecen a los hombres en sus sentimientos, aunque difieran de ellos en sus posibilidades.
Los de origen histórico y/o religioso. En los más antiguos ya es imposible precisar la parte que deben a la historia, pues al convertirse en leyenda han desfigurado los hechos y los personajes.
Los de tema popular, en parte históricos y en parte inventados, aunque sin autor conocido, y que se han conservado, al principio, por tradición oral. De casi todas esas leyendas que se oyen contar y se repiten existen versiones distintas según los países, y también en las diferentes regiones de un mismo país.
Los de origen literario conocido. Los temas de algunas obras de autores famosos se han universalizado o se están universalizando rápidamente con carácter de mitos.
Los temas de todos los mitos que han sobrevivido a través de los siglos son esencialmente humanos, fundados en sentimientos o impulsos típicos de la naturaleza del hombre. Los que no tienen este carácter dejan de interesar y se pierden, sin incorporarse jamás a la tradición universal.

Se han producido y escrito muchísimos relatos, pero sólo algunos, muy pocos, se han convertido en mitos o están en camino de esta conversión. Éstas son, sin duda, las historias  más bellas por encontrarse repletas de contenido humano.

Las más antiguas ya están incorporadas desde hace tiempo a la mitología universal. Otras, de aparición más reciente, lo estarán con ayuda de los años o de los siglos. Y entonces, cuando hayan adquirido en el mito su forma definitiva, habrá desaparecido la posibilidad de distinguir en su origen la parte histórica de la parte legendaria.

Constelaciones familiares y mitología
Carl Gustav Jung eminente psicoanalista, le daba una gran importancia a la mitología como una forma de expresión del inconsciente colectivo. A través de los mitos podemos observar determinados símbolos que han ido pasando de padres a hijos como un conocimiento silencioso, que permite la configuración de los contenidos alegóricos de los sueños, en cualquier lugar del mundo, aunque se proceda de culturas y creencias muy distintas.

Los mitos siempre vienen a representar arquetipos, símbolos que nos muestran la construcción del inconsciente del individuo. Así por ejemplo soñar con el sol, nos está haciendo referencia a la figura del padre, y según el contexto del sueño nos estará indicando cuál es la problemática de fondo a tratar. Lo mismo sucede con las constelaciones, ya que el lenguaje del inconsciente ya sea a través de la interpretación de los sueños como hacía Jung, o interpretando el campo sistémico (energía psíquica de la persona que se manifiesta durante la constelación a través de la interacción y posicionamiento de los representantes), se nutre directamente de la sabiduría ancestral de la mitología y sus profundas raíces en el inconsciente colectivo y familiar.

No es casualidad que la psicología haya denominado a determinadas perturbaciones, con el mismo nombre de un famoso mito. Por ejemplo:

-El complejo de Edipo, teoría de Sigmund Freud, hace referencia al mito de Edipo, príncipe griego que accidentalmente asesinó a su padre, para casarse después con su madre biológica ya que desconocía que fuera su progenitora.  El conflicto edípico hace referencia al enamoramiento del hijo hacia el ascendiente de sexo distinto junto a deseos inconsciente de la muerte del padre del mismo sexo. Jung, más adelante incluiría el complejo de Electra, para denominar el enamoramiento de la hija hacia el padre, con rivalidad hacia la madre.

Estos casos nos los encontramos muy a menudo en consulta y aunque en la mayoría de los casos, ésta forma de incesto no es física, es inconsciente, el propio paciente manifiesta conscientemente la rivalidad hacia el progenitor del mismo sexo, y predilección unida a un profundo deseo de salvar al antecesor del sexo contrario, lo que en la terapia de constelaciones familiares llamamos parentificación.

-Otro complejo psicológico que se corresponde a la mitología, es el complejo de Medea: la cuál al ser abandonada por una tercera persona por su marido, Jasón, asesinó a los dos hijos que había tenido con él para hacerle daño. Por lo tanto, el complejo de Medea recoge a aquellos padres que asesinan a sus hijos para hacer daño a su ex pareja. Ésta perjuicio no tiene que suponer siempre el homicidio del hijo, sino cualquier forma de lastimar al descendiente como forma de venganza contra el otro progenitor. Éste caso es mucho más común de los que nos creemos, y lo trabajamos de forma muy frecuente en las sesiones. Sobre todo en aquellos divorcios en los que se utiliza a los menores como moneda de cambio.

Estos son algunos de los ejemplos de la importancia que la mitología tiene en la terapia de constelaciones, por la profundidad de sus símbolos, ayudando de forma notable con su riqueza metafórica al terapeuta sistémico en nuestra labor de la interpretación del inconsciente colectivo y personal.

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